Si no puedes ver el video bien, pincha aquí.
Nuestro compañeros Miguel y Paco nos relatan con un video y cronica de sus actividades los ultimos dias por Los Alpes Franceses. Todo un deleite.
CASI UNA SEMANA EN LOS ALPES
MARTES 3 JULIO
Paco y yo salimos a las 5 de la madrugada de Bigastro con destino a Chamonix en los Alpes franceses.
Llegamos sobre las 8 de la tarde con el tiempo justo para buscar alojamiento, lo encontramos en “la guite du montagne” una especie de albergue.
MIERCOLES 4 JULIO
Paso obligatorio por la casa de la montaña para ver la predicción meteorológica y las condiciones. Malas noticias, muy mal tiempo y malas condiciones en casi todo el macizo del Mont blanc.
Ya que nos hemos dado la paliza a conducir nos decidimos a subir a la montaña a ver que pasa, así que a las cinco de la tarde cogemos el teleférico de la aguille de midi y acampamos en el valle blanco bajo una suave nevada.
JUEVES 5 JULIO
Toda la noche se la ha pasado nevando y el día comienza bajo una densa capa de niebla. Esperamos resignados hasta que a media mañana empieza a despejar un poco y enseguida comienza el trasiego diario de gente bajando de la aguille y otra gran mayoría que suben para abandonar la montaña vistas las predicciones.
Comenzamos a ver que hay algunos intrépidos que se aventuran en la arista de los cósmicos y pensamos “por qué no? ” así que nos equipamos y salimos para ponernos en la cola, esta seguramente es una de las vías más transitadas de los Alpes, por su belleza y cercanía al teleférico.
Avanzamos rápido escalando en ensamble y adelantando cordadas y disfrutando de la vía aunque bajo unas condiciones de tiempo lamentables, apenas podemos vislumbrar parte del impresionante paisaje que nos rodea cuando la niebla nos da una corta tregua.
Y así entre trepadas, rápeles y adelantamientos, llegamos al último resalte con un paso de IV+ con crampones muy disfrutón y por último a la escalera que nos deja en el mirador de la aguille como si de una ferrata se tratara, y donde podemos disfrutar de un merecido café mientras vemos la nevada y ventisca que está fastidiando a los turistas japoneses que han subido con la ilusión de poder verse rodeados de estas imponentes montañas sin más esfuerzo que el de pagar los 45 euros que cuesta el teleférico. Decidimos pasar unas horas allí antes de volver a la estrechez de nuestra tienda en el valle blanco.
VIERNES 6 JULIO
Como estaba previsto esta noche cayó la gorda, primero una tormenta eléctrica que nos hizo pasar unos maravillosos momentos escuchando como caían los rayos a pocos metros de nuestra tienda, menos mal que el pararrayos de la aguille está ahí al lado. A continuación una intensa nevada que dura toda la noche y casi toda la mañana siguiente, acumulándose más de 20 cm de nieve.
Parece que está vez sí que nos toca abandonar, pero por si acaso nos vamos al refugio de los cósmicos a tomar un café y a ver si tienen alguna predicción reciente que nos dé algo de esperanza. En el camino nos encontramos con David Mora y Amat que bajan del refugio con clientes ante la imposibilidad de subir al Mont Blanc con esas condiciones. Lo volverán a intentar más adelante con peor fortuna incluso.
Tras varias horas en el refugio aparecen un grupo de catalanes con buenas noticias, para el sábado el tiempo dará una ligera tregua que ellos intentarán aprovechar para subir al Mont Blanc. Esto nos da ánimos y decidimos intentar la arista Kuffner aunque tenemos claro que las condiciones que vamos a encontrarnos después de la nevada no van a ser las ideales para afrontar este reto.
Así que volvemos a las tiendas nos equipamos y salimos a las cuatro de la tarde con destino al vivac de la Fourche. La ruta no tiene desperdicio, pasamos bordeando la pirámide del Tacul, el Supercoloir, el Grand Capuchin, entre las impresionantes grietas del Glaciar del Maudit hasta llegar al circo donde posemos divisar la arista Kuffner y la inmensa pared que tenemos que remontar para alcanzar el refugio-vivac de la Fourche que se halla encaramado en la parte italiana de la arista, un autentico palomar. Allí encontramos unas cuantas mantas con las que cobijarnos esa noche a la espera de acometer nuestro intento a la Kuffner.
SABADO 7 JULIO
Aunque habíamos puesto el despertador a las dos de la madrugada, este no suena, y harto de dar vueltas en las mantas buscando un poco de calor me decido a mirar el reloj viendo que son las cuatro y pico. Empezamos bien!!! Nos equipamos a toda prisa y sin desayunar nada salimos al exterior de la cabaña, comprobando que ya está casi amaneciendo, ya deberíamos estar a mitad de vía, comentamos con resignación, por lo menos parece que la predicción era correcta y el día parece más tranquilo que todos los anteriores.
La arista Kuffner sube hasta la cumbre del Maudit formando una frontera natural entre la vertiente francesa y la italiana del Mont Blanc. En condiciones normales no es una ruta excesivamente técnica, aunque sí muy larga, fatigosa y expuesta. En las condiciones que nosotros la acometimos estas características se agudizan al máximo ya que toda la parte rocosa estaba cubierta de un manto de nieve blanda recién caída que te obliga a asegurar tres veces cada paso que das ante la precariedad del terreno. La infinidad de cornisas expuestas que recorren esta arista también se encuentran más inestables bajo la reciente nevada con lo cual recorres toda la ruta con la sensación de estar jugando a “ahora caigo” y que en cualquier momento el suelo se va a abrir bajo tus pies. Mejor poner la mente en blanco, no pensarlo demasiado e intentar avanzar lo más rápido y seguro posible hasta el final de esta interminable vía. Tras unas quince horas de ascensión, por fin llegamos a la cumbre rocosa del Maudit, de aquí en adelante solamente queda una larga travesía en nieve hasta llegar a la cumbre del Mont Maudit. Vista la hora que tenemos y que la arista en sí ya está realizada, decidimos rapelar hasta el collado entre el Maudit y el Tacul para adelantar tiempo. Nos cuesta unos seis rápeles, el primero de ellos lo hacemos de un friends abandonado. Debe llevar años allí incrustado sin que nadie haya podido recuperarlo, espero que no elija este momento para abandonar su grieta. El resto vamos abandonando cordinos en las rocas hasta que llegamos a un terreno algo menos vertical y que nos permite progresar hasta la huella de la ruta de los cuatromiles.
El tiempo nos ha respetado, aunque con muchas nubes que amenazaban intermitentemente con fastidiarnos la ascensión y un viento racheado que la hizo si cabe más incómoda. Por lo visto a los usuarios de la ruta de los cuatromiles al mont blanc también les dio alguna sorpresa porque llegando a valle blanco pudimos ver un enorme alud que se había desprendido de uno de los infinitos seracs del Tacul y que cruzaba toda la huella de subida. Por lo visto esta vez hubo suerte y no encontró a nadie en su camino, pero fue un presagio de lo que unos días más tardes ocurriría un poco más arriba en el Mont Maudit y que ya todos conocemos.
DOMINGO 8 JULIO
Toda la noche ha soplado un viento ensordecedor, menos mal que nuestra tienda está bien enterrada por las nevadas anteriores. Pasamos la mañana desayunando, recuperando fuerzas y esperando una tregua que nos permita desmontar la tienda en relativa tranquilidad y abandonar la montaña. Sobre las 12 se produce esa tregua y rápidamente desmontamos el chiringuito, cargamos las pesadas mochilas y nos encaminamos hacia el teleférico después de casi una semana continuada de mal tiempo y con la predicción de un anticiclón que llegará en breve y que abrirá la veda del Mont Blanc, probablemente cientos de personas intentarán subir esta montaña en los próximos días, pero a nosotros nos ha llegado la hora de tomar un merecido descanso.