Fuimos en dos coches, en el primero fuimos Javi Clemente y su hijo Ángel (Los Clemen´s Boys), Dani el replica y yo (Paco). En el segundo coche venían Silvia, Jessica y Alejandro, Maro y Vito.
Esperamos en el chiringuito de Aventuria a que vinieran los del segundo coche, comiéndonos un “Chivito”, uno de los bocatas que mejor le salen a José.
Preparamos los kayak´s y salimos eso de las 19:00, en tres individuales y tres kayak´s dobles, y como se veía venir los que iban en kayak dobles iban todo el rato haciendo “rotondas”, vamos que avanzaban haciendo círculos.
Algunos plantaron sus tiendas, otros con sus hamacas y dos durmieron en el suelo de la caseta.
Cenamos y después el que quiso salió a navegar, salimos Dani, Silvia, Javi, Angel y yo. Estuvimos hasta las 2:30 de la madrugada, navegando sin frontales para disfrutar mejor de aquella noche de luna llena, con el cielo despejado de nubes gracias a que hacia algo de viento. Fuimos a unos Cañizares, entramos a unas cuevecillas con los kayak´s y paleamos hasta que nos retiramos vencidos por el sueño.
Yo dormí en mi hamaca, y como hacia viento eché una manta térmica por encima. Me despertaron dos chicos cuando levantaron la manta para ver qué es lo que había debajo (se pensaban que ahí guardábamos la comida o algo así y ellos se sorprendieron de ver a un tío durmiendo).
Por la mañana volvíamos hacia el embarcadero, esta vez la mayoría había mejorado su técnica de paleo. Repetimos las cuevas y el cañizar de la noche y volvimos al embarcadero.
Y claro está, una vez ya en el embarcadero a comer, beber y reponer fuerzas. Como no puede ser de otra forma incluso en la comida la tenemos que liar. Alejandro se puso a intentar matar unas avispas con un mata moscas, en un fallo de cálculo le lanzó una a Javi que se le clavó en la ceja…
Y después, vuelta a casa.